En cualquiera de nuestras actividades con caballos lo primero que realizan nuestros participantes es conectar con el caballo o poni con el que van a montar.

Creo fundamental que desde el suelo las personas comiencen a sentir lo que es estar junto a un equino, cepillar su pelo, tocar su cuerpo, aprender a moverse entre ellos sintiendo su tranquilidad. Les enseño a poner el material que necesitan para montar y les explico cómo es su equino para que sepan que el animal también tiene su personalidad y su forma de comportarse, de esta forma no les pilla por sorpresa lo que pueda suceder (el caballo comilón, el caballo que va despacio, el que va más rápido o si se lleva mal con otro caballo)

Cada participante tiene que ir con un casco homologado de equitación que de no tener en propiedad yo puedo dejarles uno a su medida. Han de venir con pantalón largo y zapatillas o botas.

Tras montar a todos los participantes les explico cómo deben manejarles, ordenes con las riendas para girar y parar, así como las ordenes con sus pies para ayudar en los giros y para que anden o corran en el caso que lo vayan a practicar. Yo monto de guía con mi caballo para iniciar la ruta mostrándoles cómo deben colocar sus cuerpos en las bajadas y subidas del terreno, así como les digo que en la ruta han de tener distancia con el caballo anterior al suyo para evitar se puedan enfadar por invadir su espacio.

Existen diversas rutas de 1h que elegiré dependiendo del nivel de los participantes y de si hay alguien que tenga más miedo, para ellos solemos ir por camino llano y carretera sin apenas tráfico donde los caballos están muy tranquilos y podemos realizar diversos ejercicios y juegos a caballo.

Para personas más atrevidas vamos por la cañada donde existen diversos desniveles y por zonas con árboles que requiere del manejo del caballo y un buen equilibrio corporal. También realizamos rutas por el interior del pueblo de Santa María del Tiétar para apreciar su encanto.

Generalmente estas rutas de 1h se realizan al paso pero en caso de que todo el grupo quiera se puede hacer algún tramo en trote para que experimenten lo divertido y seguro que puede ser correr montados a caballo.

Al acabar el recorrido y llegar a la hípica les ayudo a desmontar y si no hay más actividades les enseño cómo les quitamos todo el material al caballo. Les ofrezco una chuche (trozos de manzana, zanahoria o pan duro) para que premien a su caballo o poni por el trabajo que realizó, esto siempre han de hacerlo bajo mi supervisión.

Lo más bonito para mi es ver la transformación que tienen algunas personas al realizar la ruta a caballo. Personas (tanto niños y niñas como adultos) que suben al caballo con autentico pánico y tras pedirles que hagan el esfuerzo de luchar contra el miedo comienzan a sentirse más fuertes con ellos mismos, van dándose cuenta que manejar estos caballos tan entregados a su trabajo y con tanta calma les permite ir sintiendo seguridad y confianza. Durante la ruta les voy pidiendo controlar al caballo para que vean con qué facilidad pueden manejarles, de tal manera que logren pararle en cualquier momento independientemente los otros caballos de la fila sigan andando. El regreso es lo más gratificante, ver aquellas caras de alegría y los comentarios de «qué bien me lo he pasado y no quiero se acabe ya» es lo que da sentido a mi trabajo en esta hípica, ayudar a otros a tener mejor calidad de vida con ayuda de los caballos.

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