Cuando logra llegar a nuestras vidas un caballo inmediatamente creamos un vínculo con él para formar parte de nuestra familia. Tener un caballo en una hípica donde te lo cuidan es lo que se llama pupilaje. En la Hípica Pegaso actualmente hay 3 caballos en pupilaje pero pronto habrá más pues la gente está viendo cuanto beneficio consiguen teniendo su propio caballo.
Tanto si eres una amazona o jinete experimentado como si acabas de empezar en este mundo, al tener tu propio caballo vas a sentir esa emoción tan gratificante de compartir momentos juntos con un ser querido, superar las dificultades y disfrutar de cada paso compartido.
Ya no solo es llegar a la Hípica y montar un caballo para aprender equitación, a partir del momento que tienes tu caballo o yegua propio es pensar desde casa la de cosas que quieres hacer con tu animal, comienza un proceso en tu interior de ilusionarte por lo que vas a hacer, por la clase o ruta que disfrutaréis juntos, preocuparte por el bienestar de tu compañero equino y crear una relación de confianza entre ambos con la que podáis surcar cualquier obstáculo que se os presente.
Para los más peques la responsabilidad de tener un caballo va a enseñarles que gracias a sus cuidados el animal va a estar bien, se van a involucrar más y van a tener mayor atención en cada momento que vivan juntos, desde el cuidado pie a tierra como en su forma de montar. Aprenden a sentir al caballo como parte de ellos, a sentir lo que el animal puede notar según sus reacciones por lo que han de controlar sus emociones, las rabietas por no lograr lo que quieren, o la impaciencia por no saber hacer determinado ejercicio, el caballo les mostrará que la calma, serenidad y confianza son la clave para cualquier dificultad.
TESTIMONIOS REALES
CLARA (13 años)
Tengo una potra de 6 años y está conmigo desde los 6 meses, junto con Sonia hemos estado cuidándola y cuando ya fue grande comencé a domarla. La verdad fue muy duro todo el proceso pues yo con 10 años aún no sabía mucho. Mágica (mi potra) y yo pasamos muy malos momentos, hubo botes, descontrol de galopes por no poder pararla, levantadas de manos, teníamos mucho miedo tanto ella como yo. Fue muy complicado pero sin duda domar a Mágica cambió mi vida. Pasé de ser una niña sin confianza en sí misma y sin poder lograr decidir qué hacer a ser yo la líder de mi yegua. Gracias a no rendirme ante los malos ratos y seguir adelante con los pequeños avances superando metas un día tras otro ahora estamos muy unidas y nos entendemos. En el fondo somos las dos iguales, mi potra era insegura como yo y por eso desconfiaba de mi, ambas aprendimos juntas y ahora incluso podemos salir las dos solas de ruta con seguridad, galopamos y saltamos, incluso cuando hay miedo nos apoyamos una en la otra y logramos superarlo. Si yo esto insegura y dudo, ella me lo hace saber y yo me doy cuenta por lo que me relajo confío en ella y continuamos. No sé qué haría sin Mágica porque cuando creas ese vínculo con tu caballo es imposible de romper, es algo que no se consigue con caballos que no son tuyos. Yo siempre digo: el caballo aprende contigo y tú con él, sois un solo ser que cuando están juntos se unen y aprenden como uno solo.
ISABEL (14 años)
Tengo a mi caballo Orión desde hace año y medio y puedo decir que tener un caballo propio hace que tengas un relación con él que no podrías conseguir montando en distintos caballos. Es un proceso de evolución donde ves como tú y tu caballo mejoráis juntos enfrentando nuevos retos. Es una relación única donde aprecias que os vais entendiendo y aprendiendo uno del otro, es precioso. Ves otro lado de los caballos al notar que confía en ti aunque no seas el mejor del mundo montando, él está allí para ti, y sabes que tu caballo no es el mejor del mundo pero tú estas allí para él, y será perfecto. Hay una comprensión mutua que solo se consigue cuando se crea esa relación de compañeros tan fuerte.
JULIA (61 años)
Tengo a Max desde hace casi 2 años. Para mi un caballo es hermosura, belleza, bondad, confianza, gracia y fuerza. Estar con un caballo te transmite todas esas percepciones. Principalmente, cuando estoy con el caballo capto – montando o no – un sentimiento de paz y tranquilidad que logra aparque el estrés cotidiano. Puedo disfrutar de estar con él y también de la naturaleza. Así mismo me da algo muy importante que es la superación personal y la autoconfianza. Te puedes sorprender de lo que eres capaz de hacer, es algo que he experimentado en mi misma y en mi hijo que también lo monta. Tener un caballo te da la libertad de disfrutar y aprovechar de todo eso cuando quieras. En pocas palabras el caballo te cuida y te ayuda y eso es calidad de vida.
FRASES CHULAS
«El caballo percibe lo que somos, no lo que aparentados»
«Hasta que no has amado a un animal, una parte de tu alma permanece dormida»
«Si nunca te has caído de un caballo es que no has cabalgado lo suficiente»
«Montar a caballo es tomar restada la libertad»
«Deja que un caballo susurre en tu oído y respire en tu corazón. Nunca te arrepentirás»
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