No hay nada más bonito que compartir una experiencia enriquecedora con tu familia ya sea por el placer de estar con animales, de estar en un entorno natural espléndido o de superar retos juntos.
El estar con caballos no tiene edad ni mínima ni máxima. Ni tienes la obligación de tener conocimientos previos sobre caballos o sobre equitación. Y por supuesto no es impedimento tener capacidades diferentes sean del tipo que sean. El único requisito es querer disfrutar y aprender.
Ver cómo comparten actividad ecuestre las distintas generaciones es una maravilla, cuando vienen padres e hijos puedo ver la mirada de unos y otros sintiendo una felicidad preciosa. y más aún cuando son los abuelos y abuelas quienes vienen con sus nietos y nietas, se aprecia el amor entre ellos.
Esta actividad intergeneracional constituye una herramienta fundamental
para estimular y mejorar las relaciones entre las personas mayores y las
generaciones más jóvenes, al tiempo que favorecen su desarrollo personal, social
y afectivo.
Los niños, adolescentes y adultos que participan han aumentando sus destrezas y logrando un mejor manejo de su cuerpo lo que conlleva a una mejora en su calidad de vida y por ende en sus vínculos familiares. El binomio jinete-caballo estimula la autonomía, la responsabilidad, la confianza como así también reafirma la personalidad y propicia su integración social y comunitaria.
Cuando se comienza la actividad ecuestre en la Hípica Pegaso lo más importante es que cada persona inicie su relación con el equino, tocar su cuerpo y cepillarle es necesario para ese primer contacto, apreciar el cuerpo del animal, su calor, su pelaje y notar la tranquilidad que nos aportan es clave para que tengan los participantes esa seguridad de estar con animales confiados.
Que los adultos ayuden a los más peques en esta tarea les motivará a unos y a otros con mayor efecto ya que tendrán apoyo en una posible superación de miedos. Si, no solo pueden tener miedo los peques, también los mayores y no por ello debe ocultarse. Lograr confiar en uno mismo es lo más gratificante y estar con nuestros equinos permite que todos lo puedan conseguir.
La comunicación en la familia suele mejorar gracias a compartir una afición común de la cual se puede hablar y exponer los sentimientos tenidos.
El agitado ritmo de vida que tenemos la mayoría de las personas hace que estemos en un constante estrés, por lo que se recomienda tomarse unas horas a la semana para montar a un caballo y romper la rutina.
No lo dudéis y venir a comprobar el efecto sanador de los caballos para vuestra familia.
Comments are closed